Su historia data del siglo XIII.
Algunos religiosos ermitaños Agustinos, se retiraron al paraje de Aigües Vives,
donde existía, de entre muchas fuentes,
la llamada con el mismo nombre que el paraje “cristalina y saludable
para los enfermos”.
En 1239, en época de la
reconquista de Valencia, el rey Jaime I “el conquistador”, fundó el Monasterio
de Aigües Vives, mas tarde, especialmente después de encontrar la imagen de la
Virgen y el niño en 1250, descubierta por un labrador en un olivo, se les
concedió las donaciones, franquicias y las tierras comprendidas entre el
Monasterio y el puerto que concluía en el valle de Alfandech (Valldigna).
En los siglos XVI y XVII, se
configuró la estructura monumental actual del convento. Francisco Colom
artífice valenciano, dirigió en 1597 una ampliación del convento,
particularmente del claustro.
Nuevas obras datan de 1633, y en
1695 es cuando se construye la nueva iglesia con sagrario, retablo mayor y
torre del campanario, y se van dorar algunos altares.
Durante la guerra de Sucesión a
la corona de España, el monasterio fue asediado en 1707 por los migueletes, i
se llevaron todas las ropas bordadas, cuadros y joyas.
En 1713 se reformó el claustro.
En 1767 fue incendiado el convento y robada su valiosa biblioteca.
La ruina y depredación del
monasterio se inició en 1811 por el saqueo ocasionado por las tropas francesas.
En 1812. Las Cortes de Cádiz legislaron dentro del contexto desamortizador la
confiscación de los bienes del convento y arrendaron el valle y el monasterio a
particulares por un valor de 2600 libras.
Restaurado Fernando VII, anula
los decretos desamortizadores, y retornan el 2 de Junio de 1814 a los
agustinos.
Habiendo triunfado los liberales
el 30 de mayo de 1821 se consuma la segunda desamortización. Repuesto Fernando
VII se determina la regreso de los agustinos, que sucede el 13 de Julio de
1823.
Finalmente en 1835 se consuma la
tercera y definitiva desamortización de la deuda.
En 1853 fueron subastadas las
fincas del extinguido convento y veintiocho obras de arte pasaron al museo
provincial encargado de la confiscación. El monasterio fue adquirido por los
barones de Casanova y utilizado como habitáculo rural y sus dependencias se
utilizaron como granja y se mantuvieron los cultivos de las tierras fronteras.
En 1936, Francisco Fogués Juan, detalló el estado
del inmueble, con una interesente valoración efectuada con anterioridad a la
crisi civil y a la última reforma cono hostal residencia.
A partir de 1994 al Monastir d’ Aigües Vives
y la Pastelería Tano se unen para que tus celebraciones sean todo un
existo.
Tano Monastir , un marco inovidable para disfrutar
de una buena cocina.